Mientras mi papa habla desdibujo sus ideas, borrando sus líneas dejando caer los silogismos al piso, luego la boca se va haciendo chiquita y desaparece; el sigue moviendo esos ojos tan expresivos suyos que trasmiten sus creencias. Entonces de un solo movimiento lo alejo de mi mente por un rato, mientras sigue comunicándose, y comunicándose.
Igual a mi padre. Ahora estoy inspirado escribiendo Hijo de los 90'.
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