"Non, rien de rien, non, je ne regrette rien
ni le bien qu`on m`a fait, ni le mal
tout ca m`est bien egal
non, rien de rien, non, je ne regrette rien"
Edith Piaf
"Ahora debemos hacer millones de pasos atrás, para poder terminar con la violencia social, presente en la época. En donde el capitalismo, y todas sus formas, que se puedan imaginar, dependiendo de cada cultura del mundo, ha impuesto la violencia, siguiendo el interés por la cosa, presente en el dinero (símbolo)."
La panacea empezó a las 6.05 del alba.
Como era de esperar nos empujamos uno al otro hasta llegar al taxi que nos llevo al mismísimo averno. Lleno de lagañas, con los bolsillos cargados de azúcar para el mate, invisibles y mal humor nos encaminamos a uno de los shopping de Córdoba.
Como es sabido, el que tiene un poco mas de capital que los demás (la plebe, el vulgo) puede costearse un servicio preferencial de un bien público. De ahí que por ende se NOS trata con una carita bonita y a la vez nos dicen “gracias” y “por favor” en las oficinas del registro civil en estos lugares de no- identidad y transitoriedad. Lo público en lo privado, o en su mejor versión, una opción más para aquellos que pueden abonar un arancel DIFERENCIAL al resto de mundo común para tramita un DNI (documento nacional de identidad) en un lugarcito mas… mas… como uno, en un tiempo menor que los demás.
La cuestión es que queríamos el DNI YA!, por eso mismo, juntamos moneditas durante una semana y pidiendo la tarjeta de mama, nos encontramos a las 7 del albor en la puerta de susodicho lugar (donde no hay ningún tipo de vínculo directo entre los que lo ocupan). Ya había cola, nos sentamos al lado de señoras con tacos y pieles. Sacamos el mate, nos reíamos con voz ronca de trasnochados, y nos pusimos cerquita para darnos calor. Escuchábamos el tecleo incesante de celulares, el correr de talones revestidos de Sarkany ir y venir contando la cantidad de personas que había en la fila (ahí se me ocurrió un cuento, “los formenfila”, que pronto escribiré), ya que solo se entregan 58 números preferenciales.
Se hicieron las 10, nos dieron el número, el turno y nos miramos las caras pensando que hacíamos hasta las 2 de las tarde. Corrimos a unos de los supermercados, y compramos para hacernos unos Sándwich, luego nos tiramos por uno de sus estacionamientos que dan a una vista panorámica de la cuidad, y de ahí con las manos llenas de migas, y la sonrisa de saber que hacíamos algo que no era “lo que se tenía que hacer” en semejante lugar, deglutimos mirando el sol, cual película independiente; salvo que nosotros tomábamos un Ades de un gusto que no logramos hacer coincidir con el que la caja nos postulaba.
La cuestión que nos bajo la modorra típica de cuando uno come, vagabundeamos (Flâneur) por ahí, mirando las modas, mirando a los que no miraban (siendo sinceros, estábamos vestidos de entre casa), buscando un lugar donde recostarnos, y olvidarnos de los miles de tramites que en suposición deberíamos hacer, porque si no le saben; pero sacar un DNI en mi país es un tedio insoportable, que miles de papeles que llevar, que perdes mañanas enteras y que (sumémosle) mi capacidad para TEMERLE al “tramite”…. En fin.
De ahí que se nos ocurrió pedir un café y subir a la terraza, donde sabíamos había una plaza que daba una de las vistas mas bonitas de la ciudad. Resulto ser que la plaza de este centro de RE-CREACION no lúdico, estaba hermosamente decorado con pinturas “urbanas”, con juegos aburridísimos: todo enmarcado en un césped de utilería con árboles que eran de adorno pues ni sombra daban, desposeídos de toda contemplación. Vidrio, plásticos, si Aldous Huxley, estuviera vivo, SU VISON….
Nos recostamos en un cantero, nos apretujamos para que no nos vieran y nos dormimos….
-No se puede dormir en el pasto- nos gruño una voz, con una macana golpeando el cantera al lado de nuestras cabezas.
-¿En los canteros?- preguntamos
-Tampoco-
Obvio que la acción de dormir se contrapone con la de adquirir masivamente.
-30 minutos de anarquía- dijiste, y me sacaste la mejor sonrisa del día.
Eran las 1.30 de la tarde, nos encaminamos.
Cola, una señora… otra historia de brasiers y hombres.
Nos llaman, 1.40. Nombre, algo que acredite que soy yo y LA tarjeta de crédito. 1.45 ticket en mano firmo la transacción. Empiezan: lugar de residencia, firma, huellas digitales de la mano izquierda, la otra. FOTO. …Listo, en 15 días tenes el nuevo documento. Incrédulo, pregunte –¿nada mas?, No.
Salimos contentos, dormidos, asqueados. Qué bien que funciona el sistema para algunos.
Contentos, aunque molestos nos fuimos a ser nosotros en otro lado.