Según la época del año, un nuevo movimiento de cultura surgía de en medio de mi ciudad, cabeza.
No lograba definir todavía a la nueva banda que musiquieba las tarde en las plazas de mi centro urbano.
Una nueva representación de teatro se presentaba en la capital de piedra. Que versaba sobre mi última crisis de otoño, una tragedia inexorable de caramelo y humedad. Que mis públicos aplaudieron con entusiasmo.
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